miércoles, 25 de febrero de 2009

Las Reglas del Juego


Al hablar de literatura ¿podemos hablar de juego? Y si fuese un juego ¿cuáles son las reglas?


Pues Umberto Eco, un escritor y filósofo italiano, propone 5 reglas del juego.


Cuando influímos en los demás o influyen en nosotros, estamos hablando de manipulación. Y Umberto Eco propone la manipulación del contenido como una de las reglas. Esta regla se cumple cuando el escritor por medio de su obra logra controlar sutilmente el pensamiento y algunas actitudes del lector, nosotros podemos jugar ambos papeles.


No todas las sensaciones, interpretaciones y significados que les damos a las palabras escritas en una obra, son las mismas en todos los lectores de ésta, ya que otra regla del juego es la ambigûedad. Cuando leemos o escribimos queda la posiblidad de que algo pueda entenderse o interpretarse de varias formas, dejando lugar también a la duda y la incertidumbre.


Es imposible que al escribir el autor deje a un lado su forma de pensar y de ver la vida, no puede contradecirse a si mismo en su obra, y es porque en la litratura existe autorreferencia. Dicha regla, propouesta por Eco, nos explica que dentro de la obra encontramos oculta la forma de vida, sentimientos, pensamientos o anhelos del autor. Y es en este punto donde se puede lograr también la manipulación mencionada anteriormente.


Siempre que leemos una historia, un poema, una fábula, en fin una obra literaria, vamos decodificando el mensaje, ya que conocemos el significado de algunas o de la mayoría de palabras. Constityendo otra regla del juego, la Hipercodificación. Esta regla implica una serie de contenidos semánticos que no están codificados explícitamente en la obra, pero que son de uso común y pueden ser entendidos por todos los lectores.


Y la última regla del juego, pero no menos importante, es el idiolecto estético. El idiolecto, según lo explica Eco, es la forma individual de comunicación que tiene el hablante. De esta manera podremos comprender sus mensajes estéticos.


Entonces si cumplimos con estas reglas podremos "jugar" a la literatura.


miércoles, 11 de febrero de 2009

Complicidad y actitud crítica



Actitud con que se muestra que existe conocimiento por parte de dos o más personas de algo que es secreto u oculto para los demás, es la definición que encontré en el diccionario de Complicidad.






Pero ahora hablemos de Literatura y complicidad, qué es lo que nos hace cómplices de un autor. Somos cómplices cuando éste nos lleva de la mano por medio de su historia y nos convierte en testigos de sus hechos y declaraciones, y a veces no solo nos quedamos como testigos mudos, si no que también apoyamos o quisieramos intervenir en algunos de estos hechos o declaraciones.


En "El amor en los tiempos del cólera" me convertí en cómplice de Gabriel García Márquez, con el personaje de Florentino Arizar, ya que sabíamos que él amaba en secreto y estaba esperando a que su "diosa coronada" quedara libre o viuda para poder reiterarle su amor. Aunque en todos esos años de espera no dejó de enredarse en ciertas aventuras con otras mujeres.


También fuí cómplice de Jostein Gaarder, con su obra "El mundo de Sofía", ya que viví en el mundo de Sofía, toda la experiencia que tuvo con la filosofía, pude sentir la misma emoción, temor, curiosidad, y también enojo y coraje cuando nos enteramos que ella y su mundo era un libro. Cómo el autor jugó con su personaje de esa manera, pero definitivamente nos deja una gran enseñanza y sembrada tambíen una gran duda para toda la vida.

Finalmente veamos de que manera se relaciona la Literatura con la Actitud Crítica.



Si la actitud crítica es el arte de juzgar y evaluar las cosas, también podemos y debemos aplicar esta actitud en la literatura. Ser críticos de lo que estamos leyendo, saber por qué sí o por qué no estamos de acuerdo con el autor en determinada obra o parte de su obra.




jueves, 5 de febrero de 2009

Lector y Escritor Modelo

Un lector modelo es quien encuentra gusto o placer al leer obras de determinado autor o determinados autores.

El escritor modelo es quién su forma de escribir y de enfocar ciertos temas gusta a muchas personas, y vende una considerable cantidad de ejemplares de sus obras.


Al hacer un pequeño monitoreo acerca de los puntos anteriores entre mis compañeros maestros y algunos amigos, obtuve los siguientes resultados:


Una amiga y compañera me respondió que si le gustaba leer, pero que por su carrera y sus estudios no le quedaba mucho tiempo para dicha actividad, y que cuando lo hacía no buscaba las obras de un autor determinado. En cuanto a escritor modelo me confesó no estaba muy enterada acerca del asunto.


Respuestas similares obtuvé de las demás personas. Aunque los maestros mayores han leído más que nosotros los jóvenes, me dijeron que cuando leen un libro es porque han recibido buenas referencias acerca de este. Me dieron nombres de autores que les cautivaron pero que aún así no habían leído muchas de sus obras.


Así que recurrí a mi maestra de literatura. Ella es lector modelo de Gabriel García Márquez, ya que encuentra en sus obras originalidad y creatividad. Para ella también él es un escritor modelo por haber vendido bastantes ejemplares de sus obras y cree que esto se debe por su forma de tratar los temas escritos.


En cuanto a lo que a mi respecta, concluí que no soy lector modelo de ningún autor. Me gusta la forma de escirbir de Gabriel García Márquez, he leído un par de sus obras, pero no he buscado, ni me he interesado por leer más. Aunque he de confesar que unos años atrás si fui lector modelo, pero de una revista llamada "tú", la compraba todos los meses por dos años consecutivos y las leía de "p" a "pa", me fascinaba leerlas y hacía todo por obtnerlas .


Y creo que escritor modelo podría ser J.K. Rowling, la autora de los libros de Harry Potter, ya que en cuanto sale un nuevo libro acerca de la historia, los ejemplares se acaban rápidamente. Tuve la oportunidad de leer el tercer libro llamado "Harry Potter y el prisionero de Azkaban", realmente logra envolver al lector en la historia, al punto de no querer dejar de leer el libro un instante, porque nos podríamos perder de algo, aunque sabemos que el libro no se iría a ningún lado. Por lo anterior le atribuyó a ella el título de escritora modelo, su forma de narrar es fascinante.